Si estás buscando un destino que tenga montañas nevadas, pueblos con historia, rutas de caminata, arte vivo y gastronomía deliciosa, la Cordillera Blanca te está esperando. Entre los meses de abril a octubre, esta zona de la región Áncash entra en su mejor momento del año: cielos despejados, clima seco y paisajes naturales.
Durante esta temporada andina, las temperaturas suelen oscilar entre los 7° y 27?°C dependiendo de la altitud. Por eso, si planeas una escapada, lleva siempre bloqueador solar, lentes de sol, una gorra o sombrero de ala ancha y una casaca ligera para protegerte del frío en las mañanas o al atardecer. Si vas a caminar, no olvides las zapatillas adecuadas y una botella reutilizable con agua para mantenerte hidratado.
¿No sabes por dónde empezar? Aquí te contamos por qué estos tres destinos harán que quieras armar tu mochila hoy mismo.
Callejón de Huaylas: naturaleza, cultura y flores en cada rincón
La ruta del Callejón de Huaylas va desde Recuay hasta Caraz y atraviesa pueblos como Huaraz, Carhuaz y Yungay. En cada parada encontrarás una mezcla perfecta entre paisajes, historia y tradición. Puedes visitar la Laguna 69, la Quebrada Llanganuco, la Laguna Churup o el Camposanto de Yungay, que hoy cuenta con centro de interpretación, cafetería y tienda de artesanías.
Además, la ruta es un festín de sabores. Algunos de los platos típicos que no puedes dejar de probar aquí son el picante de cuy, el ceviche de chocho, el Cuchikanka, y los helados artesanales de Carhuaz, elaborados con frutas naturales como aguaymanto o lúcuma.
Zona de Conchucos: un viaje a lo auténtico
Del otro lado de la cordillera te espera la Zona de Conchucos, una ruta menos transitada pero llena de encanto. Aquí se encuentra Chacas, reconocido por la ONU Turismo como uno de los Best Tourism Villages. Sus balcones tallados, el arte de sus talleres y la hospitalidad de su gente hacen de este pueblo una experiencia inolvidable.
Un poco más allá, te espera Chavín de Huántar, uno de los centros ceremoniales más antiguos del Perú, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Caminar entre sus pasadizos y esculturas es conectar con una historia milenaria que sigue viva en la sierra.
Y como en todo viaje, la gastronomía también marca la experiencia. En esta zona puedes probar la pachamanca, el caldo de cabeza, el pan cuay de trigo y la jara tanta (pan de maíz), acompañados por una buena chicha de jora.
Parque Nacional Huascarán: caminatas, nieve y sabores que reconfortan
Para quienes buscan una experiencia de montaña, el Parque Nacional Huascarán ofrece rutas de trekking y escaladas accesibles, como el nevado Mateo o el Vallunaraju, ideales para principiantes. Los paisajes de altura, las cumbres nevadas y el silencio del entorno son parte de lo que hace única a esta visita.
Y después del esfuerzo, nada mejor que un buen plato caliente. El cuchikanka, un asado de cerdo jugoso cocido con especias locales, es el favorito de muchos viajeros que llegan a Áncash y quieren saborear algo auténtico.
Viaja como un pro: Tips infaltables para recorrer la Cordillera Blanca
Para disfrutar al máximo de tu viaje a la Cordillera Blanca, lleva ropa ligera para el día y abrigo para las mañanas y noches, además de zapatillas o botas de trekking con buena suela.
Un bastón de caminata puede ayudarte en rutas con mayor pendiente, y no olvides tu botella reutilizable, gafas de sol, sombrero y bloqueador solar. Si piensas hacer caminatas largas, un pequeño botiquín y algo para el mal de altura pueden marcar la diferencia.
Prepárate para una experiencia inolvidable
La Cordillera Blanca lo tiene todo: rutas que te conectan con la naturaleza, pueblos que conservan su esencia y sabores que reconfortan el alma. Y si ya estás imaginando tu próximo viaje, este puede ser el mejor momento para hacerlo realidad. Si te animas a dar el siguiente paso, puedes encontrar interesantes ofertas que te acercan más rápido a esta aventura.