La Festividad del Señor de la Soledad, una expresión de fervor religioso y herencia cultura, va del 24 de abril al 12 de mayo, el cual inicia con novenas y tiene como día central el 03 de mayo, aunque sus fechas más representativas son en la octava, del 08 al 12, cuando la ciudad entera se llena de color, música, danza y tradición andina.
La imagen del Paso del Señor de la Soledad, venerada por generaciones, tiene una historia que se remonta a la época colonial. Aunque su escultura original desapareció en el terremoto de 1970, una réplica en cedro mantiene viva la devoción de los huaracinos, quienes la acompañan en emotivas procesiones por calles y plazuelas.
Esta celebración reúne a comunidades locales y visitantes, que llegan para compartir misas solemnes, verbenas, fuegos artificiales, danzas típicas y degustar lo mejor de la gastronomía ancashina.
Entre las danzas más esperadas encontrarás a:
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Los Shacshas: una cuadrilla de danzantes que representan las actividades agrícolas. Su vestimenta incluye blusa y pantalones blancos, shacapas en las piernas, coronas con plumas y máscaras de tela metálica. Bailan saltando al ritmo de la chisca y el tambor, y se cree que el nombre proviene del sonido de las shacapas: “shac, shac”.
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Los Wankillas: una cuadrilla de 12 danzantes que bailan al ritmo de la caja y flauta. Usan vestimenta colorida con pantalones y camisa blanca, banda con monedas de plata, pañoletas, cascabeles y plumajes de pavo real. Los acompaña el “chiwa sapra”, un personaje con máscara negra y chicote, que aporta humor a la danza persiguiendo a quienes lo provocan.
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Atahualpas: danza costumbrista traída inspirada en los Pieles Rojas de Norteamérica. Participan alrededor de 20 personas, entre hombres, mujeres y niños. Su vestimenta es llamativa: los hombres llevan chalecos, vinchas con plumas y portan arcos o hachas, mientras que las mujeres usan vestidos claros con flecos y vinchas en la cabeza. Se presenta durante la festividad del Señor de la Soledad.
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Antiwankillas: con su vestimenta colorida y pasos llenos de energía, llenan de vida cada rincón de la ciudad. Estas cuadrillas representan historias, batallas simbólicas y el vínculo profundo con la tierra y las tradiciones ancestrales.
El día 10, en la Octava, todas estas danzas se congregan para rendir homenaje al Señor en una vibrante procesión final.
Además, como toda fiesta peruana, la comida ocupa un lugar especial. Alrededor de la Plazuela La Soledad encontrarás delicias locales como el kuchikanka (asado de cerdo), ceviche de chocho, puchero, chicha de jora y la clásica raspadilla o “shika shika”. Por la noche, el ponche con picarones es infaltable.
Y si quieres aprovechar al máximo de la ciudad, puedes visitar lugares cercanos como el Santuario de la Soledad, el Museo Arqueológico de Áncash o la impresionante Laguna Churup.
Mayo es el mes perfecto para descubrir no solo la espiritualidad del pueblo huaracino, sino también sus paisajes, sabores y hospitalidad.
Vive la devoción, la alegría y la tradición del Señor de la Soledad. ¡Huaraz te espera con los brazos abiertos!