Poco antes de fin de año, Huancavelica celebra a lo grande con uno de los bailes más representativos del Perú. Cada 27 de diciembre, Huancavelica celebra a lo grande el Día de la Danza de Tijeras, una fecha especial en el calendario festivo del Perú andino. En esta jornada, los mejores danzantes de tijeras se enfrentan en un espectáculo lleno de ritmo, resistencia y simbolismo. El sonido vibrante del arpa y el violín acompaña cada paso y cada salto acrobático, en una tradición que ha traspasado generaciones.
La danza de tijeras: Origen
La danza de tijeras es un baile ritual que se remonta a la época de los chankas y que, con el paso de los años, se ha extendido por todo el Perú. Sus intérpretes sostienen que descienden de los tusuq laykas, quienes fueron sacerdotes, adivinos y curanderos prehispánicos quienes sufrieron la persecución de la Iglesia Católica y de las autoridades españolas durante la Colonia, por lo que tuvieron que refugiarse en diferentes zonas altoandinas.
El origen de la danza de las tijeras se remonta a la época preincaica, especialmente al pueblo chanka. Se cree que los primeros danzantes de tijeras fueron descendientes de los tusuq laykas, antiguos sabios andinos que practicaban la medicina natural, la adivinación y los rituales espirituales. Durante la Colonia, muchos de ellos fueron perseguidos y llevaron sus prácticas a zonas alejadas de los Andes, donde nació esta danza ritual. Con el tiempo, el baile de las tijeras se expandió por distintas regiones del sur del Perú, manteniendo su fuerza espiritual y simbólica. Hoy, se le puede ver en festividades en Ayacucho, Apurímac y sobre todo Huancavelica, donde se ha convertido en un símbolo de identidad regional.
¿Por qué se llama danza de tijeras?
El nombre danza de tijeras proviene del instrumento que utilizan los bailarines: dos hojas de metal pulido similares a una tijera, que hacen sonar con gran habilidad mientras ejecutan movimientos agotadores. Estas “tijeras” no están unidas y producen un tintineo constante que acompaña cada coreografía. Este elemento sonoro, junto con la música del arpa y violín, distingue al baile de tijeras de otras danzas tradicionales del Perú. Además de bailar, los ejecutantes deben tener una preparación física intensa, ya que las presentaciones pueden durar horas y exigen una enorme resistencia y concentración.
Características
En las competencias, los danzantes de la danza de las tijeras forman cuadrillas que representan a distintos pueblos. El grupo que logre realizar las acrobacias más impresionantes y arriesgadas —como saltos mortales, equilibrio extremo o caminar sobre fuego— se lleva el reconocimiento. Incluso hay quienes se clavan agujas o se enfrentan a pruebas de dolor, en un acto de fe, coraje y conexión espiritual con los apus o dioses protectores de las montañas. Este baile ritual no solo es un espectáculo visual, sino también una manifestación de la cosmovisión andina, donde la danza es un lenguaje para comunicarse con el mundo espiritual.
La danza de tijeras: vestimenta
La vestimenta de la danza de las tijeras es tan imponente como el baile mismo. La danza de tijeras es un homenaje a las montañas protectoras o apus que cuidan del pueblo. Por ello, su ejecución va acompañada de un colorido vestuario. Cada danzante de tijera lleva un sombrero cónico bordado con hilos dorados que puede pesar hasta seis kilos. El traje incluye un ponchillo de terciopelo con flecos, donde destacan imágenes del dios Inti, cóndores u otros símbolos andinos.
También se usan pañuelos de colores, un tapabalo bordado en la entrepierna, pantalones cortos y zapatillas flexibles que reemplazaron a los antiguos zapatos de cuero desde 1965. El vestuario es un tributo visual a la tradición andina y al espíritu guerrero de los danzantes.
También se amarra un pañuelo en el cuello y sostiene otro en su mano izquierda. En la parte de la entrepierna se coloca una llamativa tela bordada conocida como tapabalo y usa un pantalón que cubre solo hasta la mitad de las piernas. El vestuario remata con un follaje de cintas multicolor o bellos diseños cosidos con hilos sumamente finos.
Debido a que la competencia es larga y ardua, los danzantes usan zapatillas flexibles y de poco peso, lo que les facilita mover los pies al bailar. Esta parte del atuendo se incluyó a partir de 1965, ya que antes se utilizaban zapatos de cuero de vaca.
Reconocimientos a nivel nacional e internacional
Como puedes notar, la danza de tijeras es uno de los símbolos artísticos del Perú, por eso, en 1995 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación y en el 2010 fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. En otras palabras, este baile nació en el corazón de nuestra sierra y logró alcanzar el reconocimiento mundial que se merece.
Este reconocimiento es un homenaje a todos los danzantes de tijeras del Perú, que con cada paso y cada salto mantienen viva una tradición milenaria. Desde los pueblos de Huancavelica, donde se originó, hasta festivales en Lima y otras regiones, el baile de tijeras sigue latiendo con fuerza en el corazón de los Andes.
Demuestra una vez más que los peruanos somos responsables y solidarios. De ti depende que más compatriotas estén libres del COVID-19. Recuerda, #VamosAVolver.