Si vives en Lima seguro que en tu mesa navideña no pueden faltar el pavo horneado, el panetón y el chocolate caliente durante la Nochebuena. Sin embargo, esta costumbre tiene diversas variaciones en el interior del país, donde también se les da prioridad a los platos elaborados con insumos peruanos, para que la cena tenga un sabor blanquirrojo.
Costa
Con el paso de los años, las familias de la capital han incorporado más variedades a la cena navideña. Ahora, se incluyen los purés de manzana y camote, diferentes tipos de tamales y el arroz árabe, o con aceitunas negras.
En Tumbes, el pavo se acompaña con una ensalada de papa y piña, y una mazamorra de guindones. Mientras que en Piura, esta ave horneada es servida con ensalada rusa y cancha serrana, y algunas familias se animan a cocinar tallarines rojos, que aderezan con achiote.
Lambayeque prefiere la pavita a la olla, que se rellena con carne de cerdo y pollo, y se sirve con una ensalada de papas, pasas y pecanas. También hay quienes optan por el arroz con pato, los panes de maíz y las empanadas de harina para recibir el 25 de diciembre, y el brindis no se hace con champagne sino con chicha de jora.
La Libertad es otra de las regiones donde se saborea la pavita por Navidad, pero aquí la maceran con jugo de naranja 24 horas antes de servirla acompañada por una ensalada de fideos de colores, con zanahoria, alverja y pecanas. Como postre, se ofrece el infaltable King Kong.
En Áncash, el plato estrella es el asado de pato, que se prepara en una olla de barro y se sirve con papas nativas y oca, cortadas en láminas. Ica, por su parte, deleita con su sopa seca y el chancho al cilindro, potajes que se disfrutan mejor con el panetón hecho de maíz morado.
Arequipa tiene su pollo dorado con ají llatán y huacatay, que se come junto con una ensalada de pallares y beterraga. Más al sur, el picante a la tacneña es toda una delicia, con sus patitas de cordero, mondongo de res, charqui y papas; un plato que se acompaña con vino semiseco de chacra, pisco y pan marraqueta con queso mantecoso.
Sierra
La cena de Nochebuena también tiene buen sabor en Cajamarca. Aquí, se come el pato a la olla, que se sirve con arroz, humitas rellenas con queso mantecoso, tamales verdes y chicha de jora. También se puede optar por un caldo verde, que se prepara con paico, ruda, papa y huevo.
En la ciudad incaica de Cusco, la tradición es cenar el cerdo cusqueño, que se sirve con mote, cancha serrana y moraya (chuño negro similar a la papa). En esta región, la chicha de jora también está en la mesa de los hogares, así como el chocolate caliente, al que se le agrega cáscaras de naranja para darle un mejor sabor.
Los pobladores de Puno preparan el lechón al horno, al que maceran con hierbas como el tomillo, romero y perejil. Este plato se sirve con papas doradas y se acompaña con los panes conocidos como guaguas y buñuelos de harina.
Mientras que en Huánuco, el olor de la pachamanca y del picante de cuy se siente en las casas, así como el del Juane, el dulce de queso y Guarapo de caña.
Junín también tiene un panetón tradicional, cuya masa se prepara con harina de papa, pasas, frutas y un poco de kion. Para la cena, se cocina la pachamanca de los tres colores, que contiene cerdo, cordero, pollo, mashua, oca, papas, yuca, camote y habas.
Ayacucho es un lugar para chuparse los dedos en la víspera de Navidad, ya que las familias se reúnen para disfrutar del chicharrón de cerdo y el picante de cuy, que se comen con panes guaguas, rosquitas y alfajores de maicena rellenos con manjar blanco. Asimismo, se toma chocolate caliente con granos de quinua, trigo, kiwicha, garbanzo, cañihua, habas y soya.
Huancavelica espera hasta el día 25 para saborear la patasca y el popular ponche de maní con leche. En tanto, Apurímac prefiere el pepián de cuy con papas y una sabrosa bebida de coco para el brindis de la medianoche.
Selva
Ucayali no deja de lado su tradicional juane en Nochebuena. Este suculento manjar, preparado con gallina, aceitunas, huevo, arroz, entre otros ingredientes, se come con ají charapita y un buen vaso de aguajina.
En Madre de Dios, la cena es el picadillo de paiche y la gente brinda con masato, una bebida a base de yuca fermentada. Por su parte, San Martín celebra la Navidad con el tacacho con cecina y, en algunos establecimientos, se vende el panetón de cocona y camu camu.
Amazonas opta por el picante de cuy, la crema de leche, el plátano asado y las rosquitas de ñuto y yuca. En cuanto a Loreto, la principal elección es la patarashca, que tiene como ingrediente principal al bagre, un pescado de río que se envuelve en una hoja de plátano y se asa con leña o carbón, según se indica en un estudio realizado por el Centro de Investigación Gastronómica del Instituto D´Gallia, que fue publicado por la Agencia Andina hace unos años.
También hay que mencionar, que en Iquitos las personas suelen esperar las 12 de la noche con un vaso de ponche de plátano o de uvachado, pues dicen que así se sienten más alegres y navideños.
Como puedes notar, nuestro país se convierte en una gran diversidad de sabores durante esta celebración de diciembre. Disfruta al máximo la cena de tu región y pasa una feliz Navidad en compañía de tus seres queridos, cumpliendo todas las medidas de bioseguridad.
Demuestra una vez más que los peruanos somos responsables y solidarios. De ti depende que más compatriotas estén libres del COVID-19. Recuerda, #VamosAVolver.