Ubicado en el distrito de Polobaya, a poco más de dos horas de la ciudad, el Santuario de la Virgen de Chapi es el escenario de una de las peregrinaciones más intensas y emotivas del país. Desde la noche anterior, velas encendidas, oraciones, cánticos y fuegos artificiales preparan el ambiente para el gran día. La caminata a pie por el desierto arequipeño dura cerca de diez horas, tiempo en el que los fieles cargan piedras como símbolo de penitencia, formando las conocidas “apachetas” en el camino.
La festividad tiene un fuerte valor simbólico y cultural. En 2012 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por ser una expresión viva de la religiosidad popular, transmitida de generación en generación. Su historia se remonta al siglo XVII, con leyendas como la que da origen al nombre “Chapi” -quechua para “aquí”- cuando, según la tradición, la imagen se negó a ser trasladada más allá de ese lugar.
Hoy en día, el santuario renovado alberga hasta 3,000 personas y cuenta con una gran explanada para más de 20,000 peregrinos. Su arquitectura de sillar y mármol, con una cúpula de 10 metros de altura y un gran mosaico detrás del altar, convierte este espacio en un verdadero ícono del turismo religioso en el país.
Además de la peregrinación principal, también puedes unirte a las celebraciones en otros puntos de la ciudad, como la parroquia Chapi Chico en Miraflores o la capilla Virgen de Chapi en Charcani en el distrito de Cayma, donde también se realizan misas, procesiones y actividades especiales.
¡Tips viajeros que debes considerar!
- Desde el pueblo de Siete Toldos puedes hacer una caminata de unas 3 horas hasta el santuario.
- No puedes dejar de probar los clásicos arequipeños como el caldo blanco, rocoto relleno y ají de calabazas. Además, debes visitar las tradicionales picanterías del distrito de Characato.
¡Definitivamente, una forma perfecta de cerrar una jornada llena de fe y tradición que no debes perderte!